domingo, 10 de junio de 2012

¿Fácil? De fácil nada...

Y entonces apareció, tan extraño como perfecto.

Y tampoco pido que sea fácil, pero tampoco quiero una gran carrera de obstáculos para llegar a la meta... Tampoco quiero ser yo sola la que luche, como ya comenté en otra entrada, una se cansa de ser ella sola la que apuesta, la que corre por llegar a esa meta, la energía se va gastando y la ilusión se va quebrando, si, una vez más...

Y se ve que tengo un corazón que se fija en los grandes retos, y, de momento todos los retos han sido dolorosos o imposibles por diferentes circunstancias. En este caso estaba dispuesta a luchar hasta el final, siempre y cuando se viese que la otra parte estaba dispuesta a luchar, pero el ver que la otra parte se queda quieta dos pasos por delante de la meta hace que yo ya no quiera seguir corriendo más, la pasividad de la gente cansa, el no saber por donde saldrá, si esta carrera no la quiere correr, si está haciendo eso para ponerme a prueba...


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